ATERRIZANDO EN BADLANDS: DE MÁLAGA A GRANADA

Nis Alps y Karl Krabbenhöft LLEGARON A MÁLAGA UNOS DÍAS ANTES DEL INICIO DE BADLANDS, TENIENDO UNA GRAN OPORTUNIDAD DE DISFRUTAR DE ANDALUCÍA Y LAS MONTAÑAS DE CAMINO A GRANADA....

Después de volar de Berlín a Málaga, Karl y yo aprovechamos los 5 días previos al inicio de Badlands para hacer un poco de cicloturismo por Andalucía. Dejamos nuestras bikeboxes en la tienda de bicicletas Recyclo, donde nos dieron algunos consejos sobre la zona. Así pues, tras marcar algunos puntos en el mapa de Komoot comenzamos a pedalear por la costa en dirección a Granada. Los primeros kilómetros fueron carriles bici súper relajados fuera de la ciudad paralelo a las playas.

Al dejar la costa, pasamos por muchos campos de aguacates y mangos, pero desafortunadamente en esa época del año ninguna de estas frutas era aún comestible.

Ya era tarde cuando empezamos a planear acampar en la cima de La Maroma. Sin conocer bien la zona, ni dónde encontrar comida o agua, decidimos montar tiendas de campaña en el lago Viñuela, para comenzar el segundo día con café y un buen desayuno junto al lago. Poco después vimos supermercado para rellenar con agua y comida… ¡no esperábamos otra tienda hasta el día siguiente!

Al ir tan cargados, tuvimos una primera impresión de lo empinadas que están las carreteras de montaña Andaluzas, así que nos dimos cuenta de que Badlands no iba a ser precisamente una tarea fácil.

Era un día muy caluroso pero afortunadamente encontramos una fuente para recargar agua por última vez.

Los caminos se hacían más pequeños, hasta llegar a un callejón sin salida. La única manera de subir era por una ruta de senderismo que no era transitable. Pensamos que ese podría ser solo el comienzo del sendero y después de algunos metros podrríamos volver a pedalear fácilmente… fue un error. Pero en ese punto ya habíamos llegado demasiado lejos como para abandonar el plan de pasar la noche en la cima de la montaña, así que terminamos caminando con la bicicleta durante horas por este pequeño sendero.

La vista era impresionante. En cierto modo disfrutamos de nuestra caminata y de las caras confundidas de los excursionistas que pasaban junto a nosotros.

Después de caminar con nuestras pesadas bicicletas durante 4 o 5 horas, llegamos a una pequeña meseta y nos dimos cuenta de que la cima todavía estaba 300m más arriba y a unos 3km de distancia. Terminamos el día y instalamos nuestras tiendas a 1.900m de altitud. Antes de presenciar una puesta de sol increíble y comer lo que compramos, encontramos nuevos amigos en ovejas y perros que pasaban por allí.

El amanecer fue uno de los mejores que he presenciado hasta el día de hoy. Con un café recién hecho comenzamos el día.

La mayor parte del descenso por el sendero era transitable. Todavía nos llevó algo de tiempo volver a la carretera y aún más tiempo encontrar una tienda para comprar un poco de agua. Nos perdimos en algún lugar del monte y ya no pudimos seguir el rastro.

Intentando evitar las carreteras principales terminamos perdidos entre los olivos.

Mis amigos siempre se quejan de cómo planifico rutas, porque siempre terminamos caminando con nuestras bicicletas. Pero para mí, la mayor aventura siempre es evitar carreteras aburridas, fáciles y planas con un tráfico molesto.

En Granada reservamos un pequeño Airbnb en un apartamento para parejas hippies. Allí tuvimos un último día para recuperarnos del viaje.